sábado, 11 de julio de 2009

Pintura

Hay lugares que podemos contemplar por horas, solo sentados y recibiendo la caricia del viento en la cara. Lugares que parecen pintados, con colores llenos de vida y que podremos conservar en la memoria por siempre.
El Valle de Calamuchita es uno de ellos. Pacífico, relajante. Casi da miedo tocarlo por miedo a que se despinte.

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